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¿Que es la sociopatía?

La sociopatía es según el manual DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, American Psychiatric Association, 1994. Un trastorno con entidad propia, definido como  trastorno antisocial de la personalidad; si bien hasta aquí esto es cierto, la mayoría de los expertos en la materia como  David Lykken defienden que este trastorno de personalidad es una categoría más heterogénea y tanto lo que conocemos como Psicopatía, Sociopatía y Trastorno Antisocial de la personalidad con sus sutiles diferencias entrarían dentro del grupo B dramáticos, emotivos e inestables bajo el epígrafe de trastorno antisocial de la personalidad.

La sociopatía es por tanto, el subgénero más amplio del Trastorno de Personalidad Antisocial. En él encontramos a individuos (normalmente hombres jóvenes, aunque la presencia de mujeres está aumentando) que no se socializaron bien en la infancia y adolescencia, si bien, generalmente, puede ser detectada a partir de los 18 años de edad, se estima que los síntomas y características vienen desarrollándose desde la adolescencia. Antes de los 15 años debe detectarse una sintomatología similar pero no tan acentuada, se trata del trastorno disocial de la personalidad.

Concretando podríamos definir la Sociopatía como una afección de salud mental por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros. A menudo este comportamiento es delictivo. Esta patología de índole psíquico que deriva en que las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales.

Psicológicamente cursa con características impulsivas o modelos de hábitos que pueden atribuirse a un aprendizaje desviado (modelos educativos negligentes). Puesto que el temperamento de un sociópata es muchas veces normal; mientras que otros pueden ser nerviosos o buscadores constantes de estímulos. La mayoría de población reclusa satisface los criterios diagnósticos del Trastorno de Personalidad Antisocial que identifican a más de la mitad de hombres que consideramos “delincuentes comunes”.

En resumen, el sociópata es el producto fallido de una educación negligente y sin disciplina.

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Para responder a esta cuestión es de suma importancia definir con precisión ambos conceptos y así aclarar la posible correlación que pueda existir, además de, desactivar los prejuicios y leyendas urbanas que frecuentemente se atribuyen al respecto.

¿Qué es el sinhogarismo?

No existe en un manual diagnóstico y tampoco es fácil encontrar una definición para las personas sin hogar. Desde los años noventa se ha generalizado el uso del término sin techo o sin hogar. Para describir el fenómeno se utiliza el término «sinhogarismo», traducción del vocablo «homeless». Este nuevo término ha sustituido a otras palabras tradicionales como indigente o mendigo, que convertían las personas, en sujetos al margen de la sociedad por decisión propia y racional en todos los casos.

Superamos la tentación de las definiciones peyorativas que describían los fenómenos de exclusión como si fuesen una de las características casi innatas de las personas.

Por tanto, cuando hablamos de personas sin hogar nos referimos, según la definición de FEANTSA, a «personas que no pueden acceder o conservar un alojamiento adecuado, adaptado a su situación personal, permanente y que proporcione un marco estable de convivencia, ya sea por razones económicas y otras barreras sociales, o bien porque presentan dificultades personales para llevar una vida autónoma»

Esta definición, que desde 1995 pasó por ser la definición oficiosa de FEANTSA, sigue siendo hoy día válida ya que pone en relación dos elementos como explicación de un problema, que siendo social, ha de poder analizarse en tanto que realidad social, colectiva, histórica y políticamente determinada: los elementos estructurales (mercado de los alojamientos, situación económica general, mercado de trabajo, legislación social) y los elementos biográficos (dificultades personales, déficits, trastornos o hándicaps de cualquier tipo).

¿Existe alguna relación entre la sociopatía y el sin hogarismo?

Partiendo de la premisa de que ser una persona sin hogar es un factor de riesgo para la adquisición de enfermedades mentales, parece lógico pensar que una persona con trastorno antisocial de la personalidad debido a su conducta antisocial o disruptiva en los ámbitos familiares, laborales y sociales en general pueda terminar en una situación de sinhogarismo; también parece lógico que, el hecho de ser una persona sin hogar en primera instancia  podría desencadenar un trastorno antisocial de la personalidad o sociopatía, debido al estigma producido por la mala comprensión del sinhogarismo entre otras cosas.

En los estudios consultados (Salavera, C, S. Puyuelo, M y Orejudo, S. 2008. Trastornos de personalidad y edad: con personas sin hogar), se observó́ una alta presencia de trastornos de personalidad en las personas sin hogar (63,74%), con un 40,66% presentando comorbilidad (dos o más trastornos a la vez) muy por encima de los datos epidemiológicos encontrados en población general (American Psychiatric Association, 2000; Instituto Nacional de Estadística, 2004), resultado esperado por ser las personas sin hogar, una subpoblación de alto riesgo. En concreto se obtienen altas prevalencias de los trastornos antisocial (26,4%), compulsivo (22%), dependiente (19,8%) y esquizoide (18,7%). Este hallazgo es consistente con el papel jugado por la carencia de habilidades sociales en el desarrollo y mantenimiento del transeuntismo.

En cuanto al trastorno objeto de nuestro análisis podemos decir que, el TP antisocial (TAP) resultó ser el que alcanzó mayor prevalencia en diferentes estudios. Este trastorno se encuentra en un 3% de la población normal, elevándose a un 35.1% en el colectivo homeless.

Respondiendo a la pregunta que da título a este artículo, podemos afirmar que existe una alta correlación entre trastornos de personalidad y situación de homeless; y dentro de esta correlación se puede afirmar que la sociopatía es el trastorno de personalidad más frecuente en este colectivo.

Estos indicadores observados en diferentes estudios sugieren que, para la muestra de referencia, parece que existe una personalidad propia de las personas sin hogar (Cabrera, 2000), tal vez previa, tal vez forjada y modelada en su estancia en la calle, tal vez una combinación de ambas, incrementada por su propia situación social (Twenge, Baumeister, DeWall, Ciarocco & Bartels, 2007). Iniciar estudios en torno a personalidad premórbida en personas sin hogar, puede ser un campo interesante para su abordaje. Otra línea de investigación es abordar la comorbilidad entre trastornos de personalidad, que dificulta el trabajo en la recuperación de estas personas y dificulta su pronóstico.  José Iglesias Gil, Psicólogo.

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